La necesidad de comprar leña puede deberse a varios motivos. Desde utilizarla para cocinar hasta hacer una hoguera, pasando por encender el fuego en la chimenea. En función del uso que se le vaya a dar, es mejor adquirir un tipo de leña u otra.
Además, hay que tener en cuenta qué cantidad vas a necesitar y cuándo es el mejor momento para comprarla. En este artículo repasamos todo lo que debes saber para elegir el tipo de leña adecuado según tu caso.
Usos de la leña
Como decíamos, la leña puede ser utilizada para diversos propósitos. Obviamente, siempre se usa para quemarla y aprovechar su poder calorífico. En concreto, los usos más comunes de la leña son:
- Calefacción de viviendas mediante chimeneas y estufas.
- Cocción de alimentos (barbacoas, paellas y otras modalidades culinarias).
- Encendido de hogueras al aire libre.
- Calentamiento de agua para consumo humano.
Cuando comprar leña
La época del año en la que se compra la leña puede influir enormemente en el aprovechamiento óptimo de su capacidad calefactora y su precio. Por ello, a continuación, te explicamos cuál es el momento idóneo para comprar leña.
Mejor momento para comprar leña
Una de las cosas más importantes a la hora de comprar leña es asegurarse de que esté seca o secarla antes de utilizarla, ya que en caso de encenderla estando húmeda, se desperdiciaría mucho calor en la evaporación del agua.
Por ello, la mejor época para comprar leña es a finales de verano o principios de otoño. En ese momento del año, los leñadores hace un tiempo que la han cortado, por lo que ha dado tiempo a que se seque en los almacenes durante los meses previos. En cambio, comprar leña en invierno es menos recomendable porque aumenta la probabilidad de que esté mojada o tenga humedad residual.
Además, debes tener en cuenta que el frío puede llegar de imprevisto, por lo que comprarla antes de que llegue el invierno es una buena manera de tener leña en casa para estos casos.
Otra ventaja de comprar leña en verano/otoño es que su precio es más económico, ya que es un momento del año en el que no tiene mucha demanda.
Por otro lado, la leña verde (leña que lleva poco tiempo cortada) ofrece una peor eficiencia energética y genera mayor suciedad, por lo que es importante evitar comprar leña recién cortada.
Cómo guardar y conservar la leña
También es importante saber cómo guardar la leña. Una vez comprada, lo ideal es que la coloques en un lugar seco pero ventilado. También es recomendable que la leña no esté en contacto con el suelo, para evitar la absorción de humedad.
Además, se recomienda colocar encima del todo la leña sobrante del año anterior en caso de que te quede para así utilizarla primero. De este modo, la leña recién comprada tiene más margen para terminar de secarse y evitamos que la leña antigua se pudra o genere moho u otras formas de vida indeseadas.
En cuanto a cómo tapar la leña, se puede usar una lona como tejadillo, pero se desaconseja envolver la leña totalmente, ya que eso impide que respire.
Tipos de leñas
Además de cuando comprar y cómo almacenar la leña, es también importante qué tipo de leña elegir según cuáles sean tus necesidades. Cada tipo de madera tiene unas características y condiciones que hacen que se comporte de una cierta manera, por lo que cada leña ofrece mejores prestaciones y resultados para determinados usos y aplicaciones. De forma general, las leñas se dividen en leñas de madera dura o de madera blanda.
Maderas duras
Este tipo de maderas permiten mantener el fuego encendido durante mucho tiempo y proporcionar un calor constante. Son las más indicadas para utilizar en chimeneas. Las más habituales son la encina, el roble, el olivo, el fresno, el olmo, el nogal y el abedul.
Ofrecen un gran poder calorífico y su combustión es lenta, por lo que son muy buenas para la calefacción del hogar. De entre las maderas duras, la de abedul es la que aporta un fuego más vivo y la que se prende más rápido. Las maderas duras requieren por lo general más tiempo para que se sequen. En algunos casos pueden necesitar hasta 2 años.
Maderas blandas
Son idóneas para el encendido de la chimenea o para avivar el fuego en un momento puntual. La madera blanda genera menos calor, pero prende con mayor facilidad, por lo que puede ser útil para calentar rápidamente una estancia durante un periodo corto de tiempo.
Además, suele ser más barata. Dentro de este grupo encontramos maderas como la de pino, cedro, castaño, abeto y, en general, cualquiera que proceda de árboles de crecimiento rápido; además de algunas procedentes de árboles frutales.
Los tiempos de secado para la madera blanda son más cortos que los de la madera dura. La mayoría de estas maderas se secan en un periodo de entre 6 y 12 meses.
Qué leña elegir
La leña para chimenea más recomendable es la de olivo, roble o encina. Estas maderas son duras y densas, por lo que el fuego se mantiene más tiempo y el poder calorífico es mayor que el de las leñas blandas. como la de pino o abeto. En cambio, si necesitas prender un fuego rápidamente, como por ejemplo en una barbacoa o una hoguera, es mejor optar por maderas blandas como la de pino.
Cuánta leña debo comprar
Lo más recomendable es comprar la suficiente cantidad de leña para tener suministros durante toda la época de frío. Esto, obviamente, depende de la frecuencia de uso, el tamaño de la vivienda y el de la chimenea. Lo normal es comprar de 6 a 10 metros cúbicos para que la leña dure todo el año y te quede algo para el año siguiente.
¿Dónde comprar la leña?
Hoy en día puedes comprar leña en muchos tipos de establecimientos. En los grandes hipermercados suele haber una zona dedicada a las chimeneas en la que puedes encontrar leña.
También puedes comprar leña en algunas gasolineras, sobre todo en aquellas situadas en zonas frías. También está la opción de comprar leña a domicilio lo cual permite solicitar la carga suficiente para que te dure todo el invierno o incluso varios años.
Con tu leña lista, te faltaría controlar que tu chimenea esté en las condiciones adecuadas para empezar a calentar la casa. Para ello, debe estar limpia, sin residuos que puedan comprometer su buen funcionamiento.
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