Las chimeneas nos dan calor, además de estilo y tranquilidad a nuestro hogar. No obstante, hay circunstancias que pueden hacer que este componente tan importante para el invierno dé un problema de olores.
En este artículo vamos a mostrarte las posibles razones por las que una chimenea puede tener malos olores, así como su solución ¡Empezamos!
Exceso de hollín y creosota
En esta página hemos hablado de la importancia de la eliminación del hollín y la creosota, razones por las que es vital limpiar la chimenea y sus conductos en sus correspondientes tiempos.
Una de las razones de su limpieza es el mal olor que provocan. La creosota es un tipo de resina que se forma cuando la madera entra en proceso de combustión, y se adhiere a las paredes de los conductos de la chimenea.
Su olor es similar al del asfalto, o al de los restos quemados de una barbacoa.
Cómo prevenir su aparición
Al ser un compuesto que aparece en el momento de la combustión, no podemos evitar que aparezca. Eso sí, sí que podemos evitar que se acumule, limpiando la chimenea regularmente. Además, también se puede prevenir una aparición mayor de la creosota.
Este compuesto aparece en mayor cantidad cuando el quemado es poco eficiente, cuando la temperatura de la fogata es más baja. Por ello, con un fuego de gran temperatura podremos conseguir un menor residuo de creosota.
Nidos de aves y aparición de otros animales
Otro factor que puede desencadenar malos olores son los animales, en especial cuando forman un nido encima de la chimenea, o ni que decir si entran en esta. El mal olor puede ser causado por acumulado de excrementos, así como por animales en proceso de descomposición.
Con un sombrerete podemos prevenir que aparezcan animales en nuestra chimenea, sobre todo si incluimos una malla que cubra los orificios de circulación. Para los nidos de aves, lo mejor siempre será recurrir a profesionales del sector, ya que hay especies protegidas que necesitan un trato especial.
Vegetación en la chimenea
Hay restos de vegetación, destacando las hojas de los árboles, que pueden ser arrastrados por el viento hacia nuestra chimenea, y provocar olores indeseados.
La solución es sencilla: limpiar la chimenea regularmente. Y para prevenir que la vegetación entre en nuestra chimenea se puede instalar un sombrerete, igual que en el caso anterior.
Conclusiones finales
Como puedes ver, la mayoría de los problemas relacionados con el mal olor de una chimenea se arreglan con una correcta limpieza regular. No obstante, no es una labor que pueda hacer cualquiera. Hacen falta profesionales de confianza para evitar posibles sustos.
Tu Deshollinador se encarga de la limpieza de chimeneas, con todas las seguridades, para que tu hogar disfrute del calor de tu chimenea sin ningún riesgo debido a la acumulación de suciedad.
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